La importancia de cuidar los detalles (4)
Podemos renunciar a algo que es negativo, o también a algo que representa un gusto, un placer, con el fin de alcanzar un mayor crecimiento personal, o para dirigir u ofrecer esa renuncia en beneficio de otras personas.
Por ejemplo, podemos renunciar a frecuentar lugares que estimulan aspectos inadecuados de nuestra manera de ser: centros de reunión social donde se pueden generar situaciones de riesgo relacionadas con adicciones, apegos, placeres
pecaminosos, etc.
En otro sentido, también podemos renunciar a tomar la taza de tinto diaria como ofrecimiento por la necesidad de alguna persona.
Es importante recordar que nuestros actos inciden
directamente en nuestra eternidad.
Es decir, en el presente, creamos las condiciones de lo que va a ser nuestra eternidad.
A medida que nos esforzamos por alcanzar diariamente un poco más de santidad, de la misma manera iremos propiciando una eternidad bienaventurada para nosotros y al mismo tiempo una interacción mucho más fructífera y edificante con las demás personas.